El Papa Juan Pablo II, quiere que hoy recemos por la familia, quiere que hoy cada miembro de la familia -cuando me escuchas en tu hogar- te preguntes: ¿Qué puedo hacer yo para que mi casa sea un hogar luminoso, un hogar alegre, un hogar donde se quieren y se ayudan? Después, cada uno sacará sus propósitos.
Voy a procurar ayudar a mis hermanos, voy a procurar avisar a qué hora voy a regresar a la casa. ¿De dónde sacamos fuerzas? Y el Santo Padre nos dice: hay que unirse en la oración. Reza por tus padres, reza por tus hijos.
Estos días todos nos hemos alegrado con una fiesta deportiva. Un equipo que campeona y que nos da un orgullo y un gozo, porque no solamente han ganado, sino porque hemos visto una actitud, una manera, una unidad del grupo, un trabajar para el equipo, de la mano con un entrenador que no solo les ha dado una orientación deportiva.